Consejos para criar a un niño con linfedema

Cuando no sabemos lo que tienen nuestros hijos lo más lógico es cuidarlos para que nada malo les pase y su condición no empeore. Como padres tenemos una responsabilidad doble, primero protegerlos y atender sus condiciones y segundo y no menos importante, dejar que sean niños, que se diviertan y crezcan dentro de los límites de su condición o enfermedad, lo más normal posible. Muchas veces al evitar que corran, se tropiecen, jueguen, por que no se hagan daño, en fin tenerlos en estas vitrinas de cristal, no nos damos cuenta que les hacemos un daño enorme pues estamos contribuyendo y muchas veces creando los complejos que tienen o en un futuro tendrán nuestros hijos.

Cuando me preguntan que hago para que mis hijos estén tan felices siempre y no parezcan niños enfermos, tristes o molestos, sólo tengo una respuesta: ¡Dejarlos que sean niños! No es nada difícil, si mi hijo se cae, lo limpio, lo curo si hay que hacerlo, le explico que tiene que tener cuidado por su condición, pero lo dejo que siga jugando, lo mismo pasa cuando otros quieren jugar con ellos, hoy día es importante que nuestros hijos se relacionen con otros niños, que compartan, eso desarrolla su confianza.

No siempre fui así, antes, cuando mi hijo mayor quería jugar con su hermano que tiene linfedema, constantemente lo regañaba y le decía que no lo pisara, que tuviera cuidado, que no corriera, en fin llegó un momento en que el grande no quería ya jugar con el, ahí me di cuenta que no estaba bien lo que yo hacía, que por cuidarlo, lo estaba alejando del mundo y peor aun de su propio hermano.

Es de suma importancia que sepan que su condición no los va a limitar: si mi hija que ahora tiene dos años me dice que quiere ser bailarina, ¿Por qué no? Si mi hijo que tiene cinco años me dice que quiere jugar fútbol o soccer le digo claro que si, cuando seas grande serás un gran jugador, lo importante es dejar que ellos escojan lo que quieren hacer y ayudarlos a que lo logren. Tu hijo o hija puede ser lo que desee en su vida, no hay personas con mas fuerza de voluntad y perseverancia que los niños.

¿No es ya suficiente con que no puedan tener todos los zapatos que quieren o ponerse las camisas o trajes que mas les gusta? ¿Es necesario seguir  limitándolos?  Creo que no, Claro está no es que ahora los dejemos hacer lo que les da la gana, NO, sino que si esa actividad es la que mas les gusta o lo mas que le divierte, vamos a dejar que sean ellos los que decidan que hacer, muchas veces cuando mis hijos se ponen extremos y me dicen que quieren hacer deportes o actividades no aptas para cardiacos, les presento otras actividades menos riesgosas para ellos y obvio para mi corazón y dejo que ellos escojan cual de estas menos riesgosas quieren hacer, de esta manera ellos toman una decisión, basada claro está, en mis límites y de esta manera los hacemos parte de su condición, de la toma de decisiones y de los retos que en algún momento ellos tendrán que enfrentar solos, si no le enseñamos a nuestros hijos a ser auto suficientes y todo el tiempo decirle esto no lo puedes hacer por tu condición, aquello ni lo pienses por tu condición, no crees que en algún momento ellos odiarán la condición, lo importante es enseñarles que si tienen una condición, pero que no debe limitarlos, que si desean algo lo pueden lograr si se lo proponen y que tienen todo tu apoyo (aún cuando estés acá comiéndote las uñas)

Las palabras claves son no limitarlos y desarrollar su confianza, o sea no sobreprotegerlos, ellos sabrán que pueden y que no pueden hacer, cada niño tiene su límite deja que ellos lo descubran por si solos.

Ya es bastante difícil la tarea  de criar hijos en estos tiempos, por lo que no debemos hacerla imposible, dejemos que sean felices, que jueguen, corran, rían, peleen, en fin dejemos que sean niños, verás como su sonrisa comienza a salir y a hacernos felices a nosotros también.

Por: César Santoni, padre de dos niños con Linfedema, 5 y 3 años.